¿Por qué algunas aves tras haberse mojado sus plumas pueden seguir volando?
Posiblemente en más de una ocasión habréis visto a un pájaro bajar a un río, estanque, mar, piscina, etc. Y tras beber o remojarse volver a retomar el vuelo sin problema alguno. Lo lógico sería que al mojarse sus plumas les costase ponerse a volar de nuevo, pero sin embargo lo hacen exactamente igual a unos instantes antes, justo cuando estaban totalmente secas.
Esto es posible gracias a la glándula Uropigial que la mayoría de las aves poseen y que está situada muy cerca de la base de la cola. Esta segrega un aceite con el que se acicalan y que les permite impermeabilizar sus plumas, por lo que al entrar en contacto con el agua esta es repelida y resbala, no llegando a empaparlas. Así pueden volar sin problema alguno tras introducirse o permanecer en el agua.
Evidentemente, muchas de las aves acuáticas tienen la glándula uropigial mucho más desarrollada que las que apenas se acercan al agua.